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Tres preguntas

Foto del escritor: Impulsores MXImpulsores MX


El éxito puede definirse como el alcance de tus objetivos, pero ¿Qué tanto nos cuestionamos al respecto de si lo que queremos es lo que realmente necesitamos? o incluso ¿Si aquello que perseguimos tanto y con desesperación nos hará felices? ¿Cuándo fue la ultima vez que tomaste unos minutos para preguntarte si lo que estabas haciendo es lo que realmente quieres hacer?


Hay aspectos de la vida que damos por hecho, ni si quiera nos pasa por la mente la idea de que mañana sea posible que algo o alguien ya no este aquí, la vida es bella, difícil, increíble, amarga, sencilla, llena de glamur y sencillez pero sobre todo, efímera.


Algo muy peculiar es que para todo existe un detonante, o como a mi me gusta llamarle: "un impulso". Esta inyección en el corazón nos despierta, nos provoca, a veces nos daña pero si sabemos utilizarlo nos eleva, tomamos conciencia cada vez que la vida nos recuerda lo fácil que es perderla y más aún, lo difícil que es tenerla haciendo algo que no queremos.


Uno de los mayores impulsos que tuve en la vida se lo debo al Dr. Orlando Gutiérrez, mi primer mentor y asesor al cual le guardo gran cariño y respeto. En una ocasión durante su clase de Gestión de la Calidad realizo 3 preguntas al grupo.


Hasta este punto podríamos suponer que se trataba de una actividad más de un Maestro intentando empatizar con un grupo, pero a decir verdad esas 3 preguntas y cualquier dinámica que el aplicara tomaba un curso que te permitía mapear de a poco tu interior. Claro que al Dr. Orlando le interesaba conocernos, pero le importaba aún más el hecho de que pudiéramos descubrirnos a nosotros mismos.



Todo emprendedor, directivo, toda persona que quiera realizar un proyecto de cualquier tipo o simplemente conocerse un poco más debería de saber la respuesta a las 3 preguntas del Dr. Orlando:


  1. ¿Qué es lo que más te gusta de la vida?

  2. ¿Qué es lo que más detestas de la vida?

  3. ¿Qué esperas de la vida?

Si aterrizamos estas preguntas dentro del contexto del emprendimiento, podría empezar por asegurar que en cada uno de nosotros se encuentra un espíritu emprendedor que bien puede nunca despertar o estar latente en cada nueva idea que acelera nuestra mente y corazón. Estas ideas, corazonadas o vagos pensamientos provienen de algo que nos gusta o nos apasiona.


La idea es que cuanto más te guste lo que haces, más nacerán las ideas de cómo implementarlo de mil y un maneras para ti y para los demás.


Saber qué es lo que más detestas de la vida debería ser un conocimiento básico para todo ser humano y hasta cierto punto lo es pero, ¿Realmente conocemos la profundidad de esta autorreflexión? Hay ocasiones en las que tomamos la decisión de que definitivamente no toleramos alguna situación, persona, objeto u ambiente, sea lo que sea eso que elegimos rechazar lo hacemos continuamente y muy probablemente sin la oportunidad de pensarlo una vez más, y no se trata de dejar de ser congruentes con nosotros mismos, se trata de analizar si de verdad lo detestamos por completo o solo una parte, como también podríamos llegar a la conclusión de no recordar porque tal rechazo.


Nuestro cuerpo evoluciona con el tiempo y más aún lo debería hacer el razonamiento y es precisamente por esto que necesitamos una retroalimentación constante, para no dejar escapar oportunidades y en el caso de que lleguemos a la resolución de que a pesar de un nuevo análisis seguimos rechazando ese “algo”, ¿Qué puede más? ¿Nuestra aversión’? ¿Nuestro espíritu emprendedor? ¿Nuestro sentido de ética? o ¿El ser profesionales?


Recuerda, “Buena o mala la experiencia, esta no deja de ser un hallazgo y se queda en nosotros en forma de conocimiento y solo se vuelve real si hacemos algo con él”.



Si bien todas las preguntas son aplicables al ecosistema emprendedor, la última pregunta es necesario contestarla por lo menos 2 o 3 veces en la vida.


Si no sabemos qué esperamos de la vida solo vivimos por vivir y esto no da derecho a etiquetar ni a juzgar a nadie, pero tarde o temprano tenemos que darnos cuenta de que queremos, cómo lo queremos y porqué. Esto no quiere decir que nos casemos con la primer expectativa, pero si ir conociendo a esa persona que vemos todos los días en el espejo y darnos una idea de lo que queremos para su futuro.


Somos un contenedor con mucho potencial, tenemos fuerza, mentalidad, pulso, energía, sueños, coraje, curiosidad, sentimientos, tenemos todo, pero hay que estar dispuestos y construir nuestro camino. Siempre hay algo que depende de nosotros y esa injerencia, esa capacidad de hacer algo al respecto es lo que debemos valorar y volverlo útil. Si sabemos que esperamos de la vida y no hacemos nada al respecto es casi seguro que por esperar, la vida se nos vaya.


Es un hecho que no viviremos para siempre, pero nuestras ideas y acciones si...


¿Qué hiciste hoy?



 
 
 

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